martes, 17 de enero de 2012

Un ramo de rosas rojas para Alecto Carrow

Alecto no era la más bella de todo Hogwarts, desde luego que no. Su pelo era marrón oscuro, con algunos reflejos cobrizos, sus ojos eran negros como la noche y su piel era extremadamente pálida. A simple vista, era una bruja del montón. Pero claro, no todo es lo que aparenta ¿Verdad? 
Alecto Carrow era conocida como la mayor rompecorazones de Hogwarts, todo el sector masculino de sexto y séptimo habían pasado por su cama. En otras palabras: zorra, apenas tenía amigas y muchas, muchísimas enemigas. Todo lo que quería, lo tenía, así de simple. 

Pero había algo que Alecto no podía conseguir; ese algo era el amor. Nunca se había enamorado. Nunca había pronunciado las palabras "Te amo" a nadie, ni nadie le había dicho eso a ella. Jamás había recibido tarjetas, regalos o flores en San Valentín.

 Era 14 de Febrero, el día en el que todas las chicas esperaban ilusionadas las cartas o flores de sus príncipes azules y escribían cartas de amor cursis para sus parejas o sus amores platónicos, sin duda, era el día de San Valentín. Pero Alecto no, ella ya había perdido esa esperanza que tenían todas, simplemente se había acostumbrado. Pero ese día fue diferente. Abrió los ojos lentamente y bostezó, no sabía muy bien que hora era, aunque probablemente serían las doce y pico de la mañana. Abrió las cortinas de su litera y vio a sus cuatro compañeras de cuarto: Narcissa Black, Leena Hoffsen, Rita Skeeter y Clemence Smeds sentadas en el suelo susurrando emocionadas sobre qué cosas y quiénes le habían regalado obsequios. Lecto rodó los ojos, todos los 14 de Febrero eran iguales. Se dispuso a vestirse para largarse de allí lo antes posible, pero la voz irritante y chillona de Rita se lo impidió.

— Alguien dejó algo para ti, Carrow.

Alecto elevó una ceja muy sorprendida por las palabras de su compañera de habitación y esperó oír su risa estridente. Pero no fue así, la habitación se mantuvo en silencio durante más de treinta segundos, hasta que Narcissa le entregó un bonito ramo de rosas rojas, sus favoritas. Contenía una pequeña nota; Para la princesa más bella de todo Hogwarts.

— ¿Y bien? ¿De quien es? — Preguntó Leena curiosa.

— Pues...No lo sé, seguramente de algún idiota — Susurró la Carrow recuperando su frialdad habitual.

Pero en algún lugar de aquella cruel Mortífaga, un rayo de felicidad pasó, y a la vez, sintió una enorme curiosidad, pensando en quién podría haberle mandado sus flores favoritas a su cuarto en el día de San Valentín. Pero pronto difuminó esos pensamientos de su mente y se fue de ese lugar. Porque ella era la fría y malvada Alecto Carrow, y no se podía permitir el lujo de enamorarse.

Hello, world!

Hola hola, gente preciosa! ( Espera, ¿Alguien estará leyendo esto? ). Mi nombre es María Rodríguez, sí, nombre común para una chica común. Tengo doce años y...Bah, me dejo de rollos, esto no es una descripción de mí misma. ¿Para qué coño hago yo esto? ¿Por puro aburrimiento? ¿Para colgar fics? ¿Para desahogarme? Bueno, digamos que un poquito de todo.
Sólo te diré, querid@ lector/a, que te estás adentrando en el mundo de una loca, así que mucho cuidadito, que soy peligrosa (?)
Corto y cambio (siempre quise decir eso).